lunes, 24 de septiembre de 2018

IV Jornada de Lenguas: "El lenguaje y la libertad"



Los departamentos de Filosofía, Formación Religiosa e Inglés llevaron a cabo las jornadas los días 5 y 6 de septiembre de 18 a 20 hs. La misma contaba con plenarios de apertura y cierre, habiendo actividades simultáneas dependiendo de la carrera elegida por los asistentes. 

La apertura fue realizada por el Profesor Pablo Martínez del departamento de Filosofía “Logos y liberación”, el cierre por el Profesor Leandro Verdini del Departamento de Formación Religiosa “La debilidad divina es más fuerte que los hombres”. El segundo día lo realizaron la Profesora Laura Renart del Departamento de Ingles “Reflexión sobre la enseñanza del Inglés en los primeros años. Investigación educativa en Perú” y el plenario de cierre a cargo del Profesor Santo Sclafani del Departamento de Filosofía “Spinetta: Un niño escribiendo el cielo”. El objetivo de esta jornada ha sido hacer reflexionar sobre el valor que tiene el lenguaje en nuestras vidas junto al camino de la libertad.







jueves, 20 de septiembre de 2018

La última noche de Jack



 Máscaras cientos de máscaras miles de ellas son usadas eludiendo verdades. Verdades que nos destruyen, tantas máscaras usamos que nos olvidamos que escondemos. Nos hemos mentido tanto que mostramos esa máscara esa verdad que nos destruiría pero esa verdad es del primero que se enmascaró ya solo es una o cientos o quizá miles de estas máscaras. Ya no somos esa persona ya no tenemos algo que ocultar. La verdad ya ha dejado de ser… se aleja lentamente. Ella quiere ser libre de los límites que le he impuesto desde los tiempos de mi primera existencia autoconsciente. Yo quiero dejar de ser preso de su realidad. Uno espera que finalizar una falsa espera que anhela volver a empezar. Los números no detienen su avanzar y cuando deciden acostarse a descansar la finitud logran alcanzar.
  Solo queremos gritar pero nuestras cuerdas vocales gastadas están. Soñando tanto teniendo nada, creyendo ver hadas y  pero en la realidad no vemos nada.
  Escribo letras en la oscuridad  y esas es la tinta. Recordando mi mayor vicio la soledad de la cual ya no puedo escapar o no quiero escapar, quién es el vicio en realidad seré yo o será la soledad. Mientras que uno crea mundos y dimensiones para escapar, solo anhela no estar solo en la soledad y por fin dejarla descansar. Ver la corrupción de toda mi creación  es un único sonido como acción que mata al silencio sin pedir perdón lo hace por capricho pero calla por amor.
  El ruido se ha vuelto la música de fondo de nuestras vidas, el silencio es un cuento de terror de un pasado que nos asusta porque en esta historia es el pasado que ya no es, el futuro que no se ve porque está en silencio, está otra vez. Estas son palabras de un ser o quizá de un ente, quizás de un sujeto, quizás de un sintiente que no quiere ver. ¿Que no quiere ver? ambos nos preguntamos lo mismo ¿nos preguntamos lo mismo? ¿Usted? y… ¿yo?
  Ecos de una explosión en silencio, deudas de hombres y de mujeres que no se hacen cargo, juegan a ser grandes pero actúan como niños. Solo malos días que suceden unos a otros y así hasta que empiezan a aceptar y el mal es bien y del bien se olvidan.
  Lanzo mis últimos maullidos a la luna diciendo se me ha acabado la inspiración, la inspiración de un mal día, de una mala noche, de un mal sueño y de un mal despertar. Que solo anhela descansar para pensar y para callar.
  Me despido amada luna maullando, te cuento que la máscara que me hizo decir estos se calló y en mil fragmentos se partió, mi pensar me liberó y eso la destruyó.
  Unas nubes tapan la luna y….

  ... la máscara que creí que se destruyó, sola se restauró. Se despojó de lo humano, se despojó de lo racional, se despojó de lo animal.  Vaya uno a saber en qué se convertirá. Miro al cielo nocturno busco la luna y no la encuentro. Temo porque la máscara me llama y sin ti, luna, no tengo fuerzas para resistir. Por favor aparece ahora o ya no sabré que será de mí...

“historia” pensada y escrita esperando un 562 que nunca llegó.


Alex Pravdica

jueves, 13 de septiembre de 2018

Los límites del arte

Para responder al interrogante acerca de los límites del arte, debemos, en primer lugar preguntarnos qué es eso que denominamos arte. La noción de arte se encuentra sujeta a profundas disputas, dado que su definición está abierta a múltiples interpretaciones que varían según la cultura, la época, o la sociedad en la cual se halla inmerso. En líneas generales, podemos decir que el arte es entendido como una actividad propia del ser humano, mediante la cual se expresan ideas, emociones o una visión del mundo. Con esta idea en el centro de atención, nos adentramos en un viaje al pasado, un corto recorrido a fin de reflexionar sobre el sentido del arte y descubrir sus límites, en caso de que ellos existan.
Tomaremos como punto de partida la Edad Media, período en el cual el núcleo de atención se halla en todo lo que tiene que ver con la religiosidad, y específicamente, con la religión cristiana. De acuerdo con el historiador francés, Georges Duby, el arte en este período tiene un carácter funcional, siendo una de ellas “ser intermediario entre el mundo sobrenatural y el humano con una finalidad pedagógica”; es decir, que el arte ayuda a explicar los dogmas de la fe cristiana y la historia sagrada.
Continuamos nuestro viaje y nos adentramos en el Renacimiento. En este período se retoman los preceptos de la cultura griega clásica tales como la armonía, el equilibrio y la búsqueda de la perfección. Comenzó como un movimiento orientado por artistas e intelectuales en Italia, bajo el signo del Humanismo; se identificó con un ideal estético formado a partir de la reelaboración de los elementos recuperados del arte clásico greco-romano, aunque sometidos a una sucesión pendular de estilos (manierismo, barroco, rococó, neoclasicismo,) que optaban por una mayor libertad artística o bien por un mayor sometimiento a las reglas del arte institucionalizadas en el denominado arte académico.
Sin ánimos de ser irrespetuosos con la historia del arte, nos trasladamos vertiginosamente a la actualidad. El arte postmoderno se define por su oposición o superación de las tendencias de la Edad Moderna. Las obras clasificadas dentro del arte postmoderno, de una forma temática giran en torno a la cultura del consumo, la cultura popular, la globalización y la combinación de arte de alta y baja clase. 
Si retomamos la noción de arte planteada al comienzo del artículo, podemos observar que la obra de arte, en todas sus formas, intenta “desvelar” la realidad desde el punto de vista del artista. Ahora bien, en este punto, se nos presentan algunos interrogantes como ¿El arte justifica el arte? ¿Toda “expresión” debe considerarse arte, aún cuando su contenido hiera el espíritu del espectador? ¿Hasta dónde llega la libertad del artista? En la actualidad, nos encontramos frente a múltiples y diversas expresiones que reciben el nombre de “obra de arte”: tal es el caso del británico Bansky cuyo trabajo se enfoca en piezas satíricas sobre política, cultura pop, etc., las cuales son plasmadas a través del grafiti; o el estadounidense Jeff Koons, quien es conocido por trabajar sobre temas de cultura popular a través de reproducciones de objetos banales tales como globos de animales, o bien, el controversial “artista” chino Xiao Yu, cuyas obras se caracterizan por una mezcla de partes de animales o de objetos, teniendo especial interés por la mujer embarazada, la vida y el aborto. Con la mirada puesta en estos ejemplos, y teniendo en cuenta que existen muchos otros similares e incluso más grotescos aún, nos encontramos en condiciones de establecer, a nuestro criterio, los límites del arte.
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Balloon Dog J. Koons
De este modo, consideramos que toda obra, para ser considerada arte, debe tener algunos componentes fundamentales: Una idea, ya que la obra de arte es la traducción de una idea por medio de diferentes lenguajes; una intención, toda obra de arte intenta explicar algo o se abre para ser interpretada; una utilidad, el arte no es útil a nivel práctico, sino intelectual; el arte ayuda a enriquecer a la sociedad a través de la generación de criterios y de la libre interpretación. A estos componentes, se añaden otros dos, aunque no menos importantes, a saber: Un componente estético, el arte no es para cambiar el mundo, sino para embellecerlo y, un componente ético. Este último componente es muy discutido en la actualidad. En la era posmoderna, la sociedad, las relaciones y los modos de comprender los grandes temas ha sufrido un vertiginoso cambio, producto de la superación del modelo de pensamiento moderno, el cual se considera que ha fracasado en sus intentos de mejorar, entre otras cosas, la vida del hombre. Como consecuencia de esto, se produjo un quiebre en los criterios absolutistas. 

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Ruan Xiao Yu
Los artistas posmodernos recurren por igual al arte clásico y al de vanguardia, mezclan imágenes del arte tradicional con el cómic, el grafiti, imágenes publicitarias, etc. Asimismo, recurren a todo tipo de técnicas artísticas, desde las tradicionales a las derivadas de las nuevas tecnologías. Todo ello lo reinterpretan de una forma subjetiva, personal, pero de forma indiscriminada e irreflexiva, sin pretender evocar algún tipo de concepto o enviar algún mensaje. Los artistas posmodernos asumen el arte como objeto y como finalidad en sí mismo, y no como vehículo de transmisión de una realidad cultural circundante. Empero, consideramos que en su obra, el artista tiene la oportunidad y el deber de reflexionar y cuestionar los valores éticos que en su obra se reflejan. Ahora, queda en manos del lector, analizar con base en estos criterios qué es arte y qué no.

Natalia D. Fernández.

viernes, 7 de septiembre de 2018

Fides et Ratio

“La fe y la Razón (Fides et ratio) son como las dos alas con las cuales el espíritu humano se eleva hacia la contemplación de la verdad”. 

Con ésta maravillosa frase del papa san Juan Pablo II comienza la encíclica “Fides et Ratio”, para expresar con ella el espíritu que lo motiva a escribirla. Si bien se dirige particularmente a los obispos de la Iglesia Católica, no significa que todos los hombres y mujeres de buena voluntad y abiertos a la verdad puedan conocerla. 

Cuando el lector va siguiendo los temas que se presentan, percibe en el interior de la obra una metodología propedéutica, que consiste en comenzar no por un tema propiamente teológico sino más bien filosófico-antropológico: “Conócete a ti mismo”. 

Esto se debe a la coherencia de pensamiento que busca plasmar el papa en su Encíclica, para ir en consonancia con la vida de la Iglesia, la cual cuando quiso comenzar a desarrollar una teología propiamente dicha, tuvo que valerse de la especulación filosófica para dar razones de su fe[1]

Lo novedoso de este escrito es que no gira en torno a problemas netamente teológicos sino más bien a temas o dificultades que le afectan de cerca, tales como: separación entre fe y razón, relativismo y nihilismo. 

A la hora de fundamentar el vínculo entre fe y razón, nos va presentando grandes ejemplos significativos que se han dado en la historia, comenzando por el diálogo que tuvo el apóstol san Pablo con algunos filósofos epicúreos y estoicos en Atenas[2]. También resalta la genialidad que tuvieron los santos Padres de la Iglesia, cuando buscaron dar un fundamento racional a las verdades de la fe cristiana, dando lugar así a lo que conocemos como la Teología, con su objeto y método de investigación propios. 

Si bien el papa hace una gran distinción de dignidad entre la fe[3] y la razón, valora y exalta la importancia que tiene para el hombre el esfuerzo de su actividad especulativa, y para ello destaca el lugar preeminente de la Filosofía como ayuda indispensable para profundizar la inteligencia de la fe y comunicar la verdad del Evangelio a cuantos aún no la conocen[4]

No cabe duda que quien se acerque a la Encíclica perciba otros temas importantes que merecen ser resaltados, como es el caso de varios autores eminentes. Como por ejemplo: san Agustín de Hipona y santo Tomás de Aquino. Pero lo dejo para el interés de quien desea comprenderla. 

Por último, no quisiera pasar por alto la exhortación que hace el papa hacia toda la Iglesia en lo que atañe al servicio de la humanidad, particularmente en su compromiso con la verdad. Sus palabras realmente son profundas y reveladoras, ya que a éste carisma lo define “la diaconía de la verdad”[5]. Y esto marca no sólo el camino sino también la actitud[6] de la Iglesia ante la verdad y sus semejantes. 

[1] Cfr. Fides et ratio, IV nº 39 
[2] Hch 17, 18. 
[3] Cfr. Fides et Ratio, IV nº 38. 
[4] Cfr. Ibíd. Introd. Nº 5 
[5] Cfr. Ibíd. Introd. Nº 2. 
[6] Virtud de la humildad.

 Diác. Prof. Raúl Díaz

domingo, 2 de septiembre de 2018

Cloud Atlas


El atlas de las Nubes (título original: Cloud Atlas) es una novela de 2004 del escritor británico David Mitchell.Esta novela fue adaptada por el director y productor Tom Tykwer y los hermanos Wachowski. La producción de la cinta comenzó en septiembre de 2011 en Alemania contando con un reparto coral de actores que interpretarían múltiples personajes de la historia. Fue estrenada el 26 de octubre de 2012 en Estados Unidos. Consiste en seis historias entrelazadas que llevan al lector desde el siglo XIX en el Pacífico a un distante y post-apocalíptico futuro. 

Cada relato se revela como una obra que impresiona al protagonista en la siguiente historia. Las primeras cinco historias se interrumpen en un punto clave. Tras la sexta historia, las otras cinco vuelven para ser cerradas donde cada final enlaza al protagonista con la historia anterior hasta el principio de la historia en el siglo XIX. 

La película trata dos o tres temas en las seis historias suele dar una sensación de deja vu. Pero está hecha de manera que ves tanto lo conocido como lo nuevo. La película busca transmitir a través de diferentes maneras al ver detenidamente la película ves como tanto los actores en distintos papeles como los lugares es una gran decisión por parte del director de la película. 

Es interesante cómo logran mostrar las relaciones que tienen los distintos personajes y a su vez sus historias, las relaciones pueden ser sutiles pero como dice la película “como un acto de bondad puede atravesar siglos”.

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Alejandro Pravdica